¿Elecciones para qué?

Apenas a unos días de las elecciones 2015, para ser exactos el 5 de junio, el país está enmedio de una encrucijada y la verdad es que lejos de que las elecciones sean un bien, resultaron en confrontaciones sociales. Hoy en día las elecciones más que un acto cívico, se ha convertido en un vulgar partido de fútbol, en el que se vale de todo, desde cometer faltas, comprar al árbitro, anulación de goles, tarjetas rojas sin razón, comentaristas tendenciosos y un sin fin de etcéteras.
Lo más triste de esta realidad es que la sociedad se confronta, se insulta, se agrede, la cantidad de violencia que se vive es fatal. Pasamos de hacer chistes por las desgracias a hacer un uso indiscriminado de palabras groseras y ofensivas. Con el abuso en el uso de las redes sociales y una “supuesta libertad de expresión” ahora los internáutas se sienten en “libertad” de mentar la madre y decir un “chingo de pendejadas”. Las opiniones sólo son insultos, las propuestas son para violentar de cualquier forma y en cualquier lugar a sus semejantes. En resumen una sociedad dividida y enfentada a si misma. Se nos olvida que el problema no es el vecino, es problema son los malos gobernantes.
La apatía por participar en actividades de la sociedad es otro de los cánceres que están acabando con nuestra paz. Ya no se puede proponer ningúna acción organizada porque entonces eres un pretencioso, no se puede soliciar apoyo porque entonces eres igual que los demás, en fin, es un callejón sin salida.
Pero ¿verdaderamente no tiene salida o sólamente estamos cegados por el odio y el rechazo a todo lo que no soy yo? Parece que la única salida real será la educación, pero sobre todo los valores, esos a los que hemos dejado en el olvido: Respeto, Honestidad, Responsabilidad, Dignidad, Lealtad, Compromiso, Integridad, Empatía, etc. Cuando volvamos al origen, cuando nos demos cuenta que todos somos humanos y que no importan nuestras diferencias socio-culturales, los valores es el único punto de encuentro. Teniendo también una gran capacidad de comunicación, de diálogo y de acuerdo es como podremos recuperar un destino real y sano.
Detrás de cada horizonte, siempre hay uno nuevo.
Hagamos una revolución del Intelecto. Vayamos por un futuro mejor.